lunes, abril 23, 2007

Flashes de Vida






Musico de la calle


Cusco, Perú


Noviembre, 2006

miércoles, abril 11, 2007

El ciento por uno

Hace poco, por Semana Santa, le entregué a Dios una penitencia: No ir al concierto de mi artista favorito. Para los ojos de cualquiera, este sacrificio puede resultar insignificante, pero Dios, que sabe lo que significa para mí, lo tomó con agrado y ya les cuento por qué. Después de resignarme a no ir al concierto, mi mejor amiga, que es productora de TV, me telefonea para que la ayude en unos premios artísticos en los cuales estaba trabajando. Yo acepto sin mucha emoción, más por la idea de hacer algo diferente un martes por la noche, que por otra cosa. Justo el día antes de la premiación, me entero por el periódico que mi artista preferido, estaría presente en los premios para recibir un galardón. No me lo podía creer!. Al menos de lejos lo vería!. Ya en los premios y emocionada por demás, me entregan una hoja de papel con las instrucciones a seguir, y veo que en la posición que me habían asignado, mi artista soñado, iba a estar más cerca de lo imaginado!. Asedié a mi amiga, y le hice prometer que me ubicara lo más cerca posible para tomarle fotos y al menos conseguir un autógrafo. Mi amiga, que antetodo es una profesional, no estaba muy de acuerdo. Ya saben, todo por no molestar a las celebridades!. Al llegar mi artista, todo se complicó, no pude acercarme, quise tomar fotos, pero era imposible, y no tengo que decirles, que una gran desolación, me invadió por minutos. De repente, comencé a repasar cómo se habían dado los acontecimientos, y no me quedó duda, que Dios se había manifestado conmigo. Me estaba dando más de lo que yo le ofrecí: Estaba a un paso de mi artista favorito!. Ya estaba ahí, tenía que hacer algo y entonces, sentí una gran fuerza, un empujón que me llevó a correr, a esperar a mi artista a la puerta del teatro por casi 40 minutos, me olvidé de lo que supuestamente fui a hacer (mi amiga lo entendió), saqué mi cámara de fotos y entre todas las chicas gritando como locas, incluyéndome, y la tensión de lograr llegar hasta él, conseguí, gracias a un buen samaritano, sacarme una foto con mi artista.

A riesgo de ser juzgada como una típica fan adolescente enamorada, que bien puedo ser todo lo anterior, menos adolescente, les pido que miren más allá de esta persecusión fan-ídolo. Lo que intento destacar, es que Dios me dio mucho más. Yo renuncié a algo que para mí era importante, y Él me devolvió por mucho ese pequeño gesto de amor que yo Le ofrecí. Jamás en el concierto, yo hubiese podido estar tan cerca, tomarme una foto y hasta intercambiar algunas palabras y risas con mi artista. Cuando probamos querer a Dios sólo un poco, tan sólo un poquito, Él nos da una recompensa mayor, porque sabe que lo hacemos con el corazón, como Él lo hace por nosotros también, porque nos Ama. El sentido no es dar esperando recibir, sino más bien, dar con todo el corazón. Por último, les cuento, que esa misma semana, alguien que sabe de mi delirio por este artista, me regaló el CD de su última producción. Ya no siento pena por no haber ido al concierto... definitivamente, Dios me devolvió el ciento por uno.

martes, abril 03, 2007

Por estas calles...


Calle de Lisboa, camino a la Praça do Comerçio
Portugal
Julio, 2006

Sí y solo sí

¨Cuando logre ver a una persona, animal o cosa proveniente de ese lugar sin que me genere el caos, y al mismo tiempo me resulte tan atractivo como ahora el irme hasta allí, entonces sabré que ha llegado el momento de hacer las maletas y partir¨...